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Miguel Ángel Marqués Lafuente. Socio Axio Abogados.
9 de abril de 2018

El mundo del Derecho se desayuna día tras día con una nueva incertidumbre que no consiste en la aparición de una nueva regulación, sino que ante nosotros se presenta un nuevo escenario que llega con los contratos inteligentes o ‘smart contracts’.

Hablamos de contratos que utilizan la tecnología blockchain —la misma que usan las criptomonedas— para hacerse cumplir, sin ningún tipo de intermediarios. Tienen la capacidad de definir reglas, acciones y procesar medidas.

El blockchain garantiza que todo el mundo vea lo mismo, sin que una parte tenga que confiar en que la otra parte sea honrada, pues no se puede falsificar nada de lo que se incluye. Sin embargo, serán necesarias la estandarización y una adopción más generalizada del blockchain para convertir este potencial en realidad.

El primer problema que soluciona Blockchain es la cuestión de la confianza, el viejo problema de muchos países. La burocracia, se elimina, y junto con ella muchos funcionarios implicados en la creación, descripción y almacenamiento de documentos, gestores, economistas y abogados.

Los contratos inteligentes en Blockchain pueden reemplazar desde cajeros hasta jueces. Con Blockchain la confianza sale de la ecuación. No necesitamos confiar más en un tercero.

¿Qué hace un notario? Facilita la protección de intereses legítimos, explica derechos y obligaciones, advierte sobre las consecuencias de actos para que la ignorancia legal no pueda ser utilizada en perjuicio de su cliente. Algunos de los poderes de los notarios ya se han trasladado a Blockchain. Por ejemplo la certificación de los derechos de bienes inmuebles, automóviles, etc. SilentNotary es un ejemplo. BitFury y el gobierno de Georgia ya han registrado más de 100.000 parcelas de tierra con la ayuda de la tecnología blockchain.

Ahora todos los datos se graban en blockchain y verifican la información sobre propiedad, gravámenes, etc.

En los últimos dos años surgieron proyectos Blockchain que permiten identificar el lugar de origen, fecha de creación, y otros parámetros de diferentes productos, por ejemplo vino, queso y nutrición para bebés.
Puede conseguirse la trazabilidad de los datos más importantes sobre los productos: éstos se almacenan en Blockchain, lo que permite determinar con precisión el período de su validez, las cualidades del consumidor y, lo más importante, la autenticidad.

Este enfoque no sólo cambiará la industria de productos falsificados y de todas las «profesiones», de alguna manera relacionados con ella, sino también las actividades de una variedad de profesionales que interactúan con los productos en diversas etapas. Hoy hay implementados sistemas, por ejemplo, en los que se puede rastrear toda la ruta del café desde la plantación hasta su mesa y quedan registrados en esta cadena de bloques.

En este nuevo escenario, los abogados tendremos que cambiar nuestro rol, así como entender esta nueva realidad para lograr adaptarnos. En materia específica de contratos inteligentes nos va exigir, primero que tengamos un conocimiento más profundo de cómo funcionan estas tecnologías, entender qué es un algoritmo, no para que nosotros vayamos a programar, sino para entender cómo un contrato inteligente se traduce de un lenguaje puramente legal a uno técnico de programación.

Todo ello implica un reto para los abogados porque vamos a tener que trabajar multidisciplinariamente, debido a que el contrato inteligente se incorpora a un código y a una programación en algoritmos matemáticos.

Por ejemplo, A le vende a B una casa a X precio, eso se debe traducir a un lenguaje informático. Esa traducción es un reto del abogado. Hay casos muy sonados en Estados Unidos, donde unos errores de programación en los robots financieros han causado caídas en la bolsa, por ejemplo.

De la misma manera, un análisis de BBVA Research señala que los ‘smart contracts’ no sustituirán a los abogados, si no que serán una evolución del sistema legal y el papel de los juristas podría cambiar, pasando de adjudicar o litigar contratos individuales, a producir plantillas para estos contratos.

La confianza que genera este tipo de acuerdos se debe a una gestión contractual, que a través de algoritmos matemáticos y encriptación permite garantizar la integridad de la información que está en esa base de datos y que permite que los contratos que se encuentren en esa plataforma se ejecuten automáticamente con el cumplimiento de unas condiciones que están en los algoritmos que se utilizan para crear el contrato.

Algunos expertos coinciden en que hay dos etapas para la puesta en marcha de este tipo de contratos: la primera es la implementación que se está viviendo, con emprendimientos de diversos sectores que están ejecutando contratos inteligentes (en el sector bancario, contratos de arrendamiento financiero vinculados al internet de las cosas (IoT) donde el propio “smart contract” bloquea el uso de bien cedido en arrendamiento -p.ej. vehículo- al detectar el impago de una cuota del contrato-). La segunda es la masificación, que va a tomar más tiempo, porque las empresas se pueden tomar un tiempo aproximado entre dos o tres años para entender la tecnología, los procesos internos y adaptar sus herramientas tecnológicas.

Esta modalidad de contrato traerá múltiples ventajas;

Por una parte, permitirá agilizar los mecanismos de administración de información que tiene una empresa. Por ejemplo, una empresa puede administrar su cadena de proveedores de una manera más eficiente, más económica, que con un sistema tradicional de información donde ellos tienen que hacer unas inversiones muy altas en temas de infraestructura como servidores y otros proveedores. Lo que permite hacer blockchain es aprovechar internet y el almacenamiento en la nube para lograr los mismos resultados a un costo menor.

El segundo beneficio es la seguridad, tanto técnica como jurídica. Un contrato inteligente se caracteriza por ser autoejecutable. Tradicionalmente, al hacer un contrato, las partes se comprometen a cumplir con lo establecido. Al momento de llevarse a cabo un contrato tradicional, no hay un 100% de certeza de que la otra parte cumpla lo acordado y por esta razón se generan sistema de garantías como las hipotecas, pagarés, entre otros.

Todas las condiciones están dadas en este momento para que las empresas puedan usar blockchain. Como todo, es cuestión de aprender o de entender bien sus posibilidades, que son muchísimas, y hacer las adaptaciones o incorporar a blockchain dentro del proceso de transformación digital de las empresas.

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